Empeoró la situación del empleo en la Argentina en 2016

Según un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) con datos relevados hasta el tercer trimestre de este año, el 9,9 por ciento de la población económicamente activa (PEA) se encuentra desocupada en la Argentina y apenas cuatro de cada diez tiene un empleo de calidad.

La tasa es mayor que la última información brindada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que arrojó un desempleo del 8,5 por ciento para el tercer trimestre, con aproximadamente 1.069.000 personas sin trabajo.

Además, el empleo precario es también alarmante ya que trepa al 41,4 por ciento en el tercer trimestre, según la UCA.

El informe indica que entre el cuarto trimestre de 2015 y el tercero de 2016 hubo una caída del 1,6 por ciento del empleo pleno y un aumento significativo del riesgo de desempleo.

Los datos pertenecen a la Encuesta de la Deuda Social Argentina de la universidad presentada ayer.

El estudio también indica que el 30,7 por ciento de la PEA tiene un empleo regular pero sin aportes.

El 18 por ciento de la PEA está subocupada en actividades de baja remuneración, alta inestabilidad o participan de programas de empleo y el 9,9 por ciento se encuentra desocupada.

El informe «Empleo, precariedad laboral y desigualdades estructurales en la Argentina urbana (2010-2016)» manifestó que hubo un alza en el empleo informal.

Números cuestionados

Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, cuestionó la evolución del desempleo que difundió el Indec en el tercer trimestre del año, que arrojó una baja respecto del segundo. «Debe haber un efecto de error estadístico o un efecto estacional entre los datos del Indec que es una comparación diferente a la que hacemos nosotros. No hay un cambio de la situación», dijo.

La estimación de la UCA superó en 1,5 puntos porcentuales a la evaluación del Indec.

La proporción de subempleos inestables tuvo un fuerte incremento en los últimos cinco años, «originado principalmente por las políticas contracíclicas de generación de trabajos vinculados a un mercado interno de consumo de bajos ingresos y/o a programas de empleo», según el estudio. Así «se compensó el comportamiento de la desocupación (la cual disminuyó de 11,4 por ciento a 9,9 por ciento en el período) en un contexto de falta de inversión productiva y de ausencia de creación de empleo pleno».

El riesgo de desempleo (haber estado desocupado al menos una vez en el último año) pasó de 24,9 por ciento a 27,7 por ciento y la percepción de los ocupados de considerar altamente difícil conseguir un empleo similar en caso de perderlo, de 84,5 por ciento a 88,1 por ciento.

En cuanto a las retribuciones al trabajo difieren de manera significativa según la calidad del empleo. El mayor ingreso medio laboral mensual en el tercer trimestre de 2016 lo recibían los ocupados con empleo pleno ($ 15.099), en menor medida los que poseen empleo precario ($9.426) y por último, los trabajadores con subempleo inestable ($ 3.724).

«En 2016, los trabajadores con empleo de baja calidad ganarán 51,5 por ciento menos que los de empleo pleno», añadió la UCA.